¡Acabáis de iros y ya estamos deseando una reunión de nuevo! No hay nada como pasar la Semana Santa en familia… ¡y más si es con olas de por medio! Queremos seguir compartiéndolo todo con vosotros porque lo que el surfing ha unido no lo podemos separar nosotros, por eso hoy os contaremos cinco leyendas gallegas que harán que os pique a muerte la curiosidad y así, ¿quién sabe? quizás la próxima vez que vengáis podréis corroborarlas vosotros mismos:
La Santa Compaña, ¡imprescindible! Se trata de una procesión de ánimas que recorre las parroquias, en teoría, para visitar a alguien que está a punto de fallecer… ¡que medito! Si ponéis la rodilla al hacer Stand-Up también puede ser que se os aparezca en la habitación…
El diaño o diantre, un pequeño duendecito satírico de nuestra mitología que se presenta con diferentes apariencias pero siempre finge necesitar ayuda para interrumpir la travesía de los caminantes… ¡Pensároslo dos veces antes de hacer el trayecto hasta “O Codo”!
La sombra del peregrino. Sobre esta misteriosa sombra que se proyecta cada noche sobre la catedral de Santiago de Compostela existen muchas teorías, podéis creer la que más os motive, pero a nosotros nos gusta pensar que el peregrino sigue esperando a que Fabi lo recoja cada noche para venir a Raz SurfCamp… ¡pero esa zona es peatonal!
La Concha de Vieira. Dice que, en una boda, ante los atónitos ojos de los discípulos de Santiago que viajaban en una barca, el novio se sumergió con su caballo en el agua hasta alcanzarles y salió ileso, aunque totalmente recubierto con conchas de vieira. Ahora, ningún peregrino quiere llegar sin ellas, ¡y muchos de vosotros os las traéis a Razo!
Meigas. ¡Cómo no! Se dice que son adoradoras del demonio y que son capaces de cualquier maleficio. Representan para el pueblo gallego el mal y lo pecaminoso, aunque muchas veces se las busca para tratar de curar algún mal… Vamos, ¡que valen para todo! Entre nuestro staff tenemos alguna 🙂
Como siempre, las leyendas son como el teléfono roto y cada uno acaba contándolas a su manera pero, lo importante es que perduren , ¿no?